El cóctel de bienvenida marca el inicio de una celebración inolvidable. Los invitados son recibidos en la plazoleta central, el corazón de nuestra arquitectura colonial, rodeada de corredores tradicionales, naturaleza y una fuente que se convierte en el centro de todas las miradas. Un espacio donde la historia, el romanticismo y la magia se entrelazan en perfecta armonía.
Entre copas, sonrisas y melodías, este momento se transforma en la ocasión ideal para compartir, reencontrarse y empezar a sentir la esencia del día.
La experiencia puede elevarse aún más con el brindis desde el imponente balcón de madera: un escenario privilegiado que enmarca las palabras de los novios y despierta la primera gran emoción de la noche.
Un instante diseñado para disfrutarse sin prisas, donde la alegría empieza a tomar forma y cada detalle anuncia que lo mejor está por llegar.













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